A raíz de una conversación entre vecinas, Vicente se entera que es adoptado y empieza a investigar. Tras meses buscando sin éxito, se decide y se lo pregunta a sus padres. En un principio se lo niegan pero, tres días más tarde, se lo acaban confesando. Sus padres no podían tener hijos y, a través de una mediación entre un cura, un médico y una monja, le compraron. Pagaron por él 150.000 pesetas y, al día siguiente, le inscribieron como hijo biológico. Esta revelación le cambió la vida por completo. Cuando empieza a aparecer en los medios de comunicación, su familia se ofende y le deshereda. Vicente estuvo año y medio sin saber nada de ellos. Incluso se ha enterado de la muerte de su madre adoptiva por un vecino. Sin embargo, a pesar de todo, Vicente va a seguir luchando buscando sus orígenes .