Cuando estaba a punto de perder a la persona que más quería, Juan Luis descubrió que no era quien pensaba. "Yo no sospechaba nada. Cuando mi padre vio que le quedaban pocas horas de vida, tenía algo en el pecho que le decía que tenía que soltarlo. El trauma fue brutal. Después de tantos años que tu padre te diga que te compró a una monja en Zaragoza y que un amigo tuyo también... Te quedas parado", ha explicado Juan Luis, que tuvo en enfrentarse, de repente, a la muerte de su padre, a la búsqueda de su nueva familia y a decirle a un amigo que él también fue comprado.
Tras la muerte de su padre y después de comunicarle a su amigo la noticia, ambos comenzaron su búsqueda. "Fuimos al hospital a pedir un informe de nuestro nacimiento y el ingreso de nuestras madres. Allí no constaban ni mi nacimiento ni el ingreso de mi madre. Seguramente porque yo nací allí con otro nombre y mi madre nunca había estado embarazada", ha explicado Antonio.
Nada más comenzar la búsqueda, Antonio y Juan Luis vieron cosas raras en sus adopciones. "Me acordé de una monja que a veces venía a visitarnos de pequeños, Monstserrat Ríus. Había fallecido y nos hicimos una prueba de ADN con nuestras madres. No eran nuestras madres y a raíz de ahí pusimos una denuncia y seguirmos investigando."
"Montserrat Ríus le pidió a Asunción Vivas dos niños para el Penedés"
Gracias a la BBC, Antonio y Juan Luis consiguieron contactar con Asunción Vivas y grabar una cámara oculta. "Se acordaba de nuestros padres y reconoce que la hermana Montserrat Ríus le había pedido dos para el Penedés. En la época pagaron 150.000 pesetas, unos 60.000 euros de ahora", han explicado Antonio y Juan Luis, que ha asegurado que sus padres pagaron su adopción en diez años.
Antonio: "Vivas me confesó que me entregó y recibió un sobre con dinero"
En 1969, Sor Vivas colabora con la Casa Grande, acutal Miguel Servet. Allí empieza a entregar los primeros niños robados y allí es donde nace Antonio Barroso, que figura como hijo biológico de su madre. Antonio ha logrado contactar con la religiosa, que llegó a confesarle que le vendió. "Vivas me confesó que me entregó y recibió un sobre con dinero", explica Antonio, que sigue no encuentra respuestas. "Yo estoy indignado. Te encuentras desamparado. Tengo la necesidad de saber la verdad"