Tres años después de denunciar a su madre adoptiva y gracias a su propio testimonio, Inés Madrigal consiguió la imputación del doctor Eduardo Vela, una de las piezas clave en la presunta trama de niños robados.
Cuando Inés empezó a sospechar de que algo en su adopción había sido irregular, su madre le contó cuál era su verdadera historia: "Mi madre habló con mi padre y decidieron que me diría que era hija adoptiva cuando tuviera un trabajo y ya pudiese ser autosuficiente. Con 18 años me dijo que a los 20 años me tenía que decir una cosa muy importante. Yo le pregunté que si era hija adoptiva y ella rompió a llorar. Yo le dije que no pasaba nada, que ella me lo había dado todo. Después, gracias a un artículo de Antonio Barroso en 'El País', me puse en contacto con la asociación que preside y me abrió los ojos de todo lo que había pasado en este país".
En ese momento, Inés acudió a su madre, que desde el primer momento estuvo a su lado, ayudándola en todo lo que estaba a su alcance y dándole la máxima información posible: "Cuando le conté a mi madre lo que había descubierto, ella me contó más detalles. El Doctor Vela llamó a mi madre para decirle que simulasen un embarazo. De pronto llegó una niña prematura y se la regaló rápidamente, falsificando documentos para que pareciese que ella había sido la persona que me había parido".
Inés quiere agradecerle a su madre adoptiva lo que ha hecho por ella. En todo momento se ha sacrificado para que pueda encontrar a su madre biológica y hasta estaría dispuesta a realizar un careo con el Doctor Vela.