"Al tener que pedir una partida de nacimiento, me enteré por casualidad de que era hijo adoptivo En ese momento fue una anécdota, pero una cosa es ser adoptado y otra robado. Hace un par de años, cuando se puso la denuncia masiva de 270 personas, me di cuenta de que mi caso no era excepcional. Vimos que mi partida de nacimiento era irregular y, mediante Google, busqué la clínica donde nací. Desde ese punto, llegué a una página de Facebook en la que rápidamente me preguntan si, por medio de mi adopción, hay un tal Figueras. No tardé en descubrir que en casa de mis padres hay mucha documentación que me relacionan con este señor. Sospecho que mis padres pagaron por mí, pero nunca se lo he podido preguntar porque están muertos", ha relatado Gonzalo, uno de los niños robados.