"A los 16 años me quedé embarazada y mi abuela me dijo que abortara, que si quería me lo hacía ella. Yo insistí en tener el niño y me fui a un centro de mujeres porque mi abuela nunca aceptó mi decisión. Me puse de parto en su casa, porque había ido a pasar el fin de semana, y al poco rato apareció un médico, Don Pedro, y me dijo que me iban a provocar el parto porque el bebé estaba muerto. A las pocas horas me trajeron un papel para que lo firmase, diciéndome que lo que ponía era que donaba sus órganos", nos cuenta Eva poco después de relatar que su abuela tenía pisos cuna y que era amiga de Sor María.