Dolores llegó a Bilbao y, como no tenía recursos, fue a ampararse a la parroquia de San Nicolás. Desde ahí, la enviaron al piso de acogida de Mercedes de Gras. En un principio todo era perfecto, pasaría ahí el tiempo de gestación y luego la ayudarían con el niño. Dolores estuvo siete meses allí y, para pagar 'estaba de fregona'. Mercedes de Gras fue la que se puso en contacto con la 'madre adoptiva'. Cuando fue a parir, Dolores recuerda que vió, en la habitación de al lado, una señora con un cojín simulando que iba a tener su mi hija."Fue nacer mi hija y le pusieron los apellidos de esa señora como si la hubiera parido". Y continúa: “No pude tener más hijos a raíz del parto tan malo que tuve porque me hicieron una carnicería”.