tras haber refrenado sus deseos y emociones durante años, Anna se deja llevar por una irrefrenable pasión que le lleva a abandonar a su esposo y a desafiar los estrictos convencionalismos sociales de la época. Su apasionada relación extraconyugal con el seductor oficial le obligará a renunciar a su adorado hijo Seryozha mientras que disfrutar del amor de Vronsky se convertirá en la principal prioridad de su vida.