A pesar haber intentado frenar su atracción hacia el atractivo Aleksei Vronsky, Anna termina sucumbiendo a sus encantos. A medida que inicia su romance con Vronsky, Anna sufre una metamorfosis: tras haber refrenado sus deseos y emociones durante años, se deja llevar por una irrefrenable pasión que le lleva a abandonar a su esposo y a desafiar los estrictos convencionalismos sociales de la época.