Así serán las tramas de 'Tierra de Lobos'

TELECINCO.ES 28/09/2010 20:01

'Tierra de Lobos' no dejará indiferente a nadie. El preestreno simultáneo (y pionero) de la serie en telecinco.es y Facebook ya ha dejó críticas muy positivas, tanto referentes al argumento como al talento de los protagonistas. A través de la pasión que nace a primera vista entre César Bravo y Almudena Lobo, cuyas familias llevan años enfrentadas al más puro estilo 'Capuletos y Montescos', el espectador irá descubriendo una compleja red de odios y afectos, muchos de los cuales llevan años enquistados y explotarán apenas se desentierren.

El primer capítulo dibuja ya el contexto en el que se desarroyarán los acontecimientos. Un pueblo hostil, árido, anclado en antiguas tradiciones y manejado como un feudo por el terrateniente Antonio Lobo (Juan Fernández). Todo se tambalea sin embargo cuando los vitalistas e indómitos hermanos César Bravo (Álex García) y Román Bravo (Junio Valverde) regresan a esa tierra que les vio nacer, huyendo de un atraco frustado en Portugal. Un oscuro secreto palpita ya en las primeras escenas.

El amor entre César y Almudena

Desde su primer encuentro casual, César y Almudena sienten una atracción arrebatadora. El mayor de los Bravo llega herido y pide a la atractiva joven, desconocida para él, que le ayude a coserse la herida de la espalda. Aún no saben ni el nombre ni (sobre todo) los apellidos del otro, pero comienzan a intuir que no podrán dejar de mirarse. A partir de ese instante, Almudena se debatirá entre la obediencia y la libertad, el amor y el deber. Por otro lado, el serio y responsable doctor del pueblo, hijo del alcalde y de nombre Félix (Nicolás Coronado) bebe los vientos por casarse con ella.

El odio del Lobo, el padre de Almudena, a César

El autoritario y poderoso padre de Almudena (y de tres bellas mujeres más) intentará evitar por todos los medios, poco ortodoxos la mayoría, que la incipiente pareja viva un destino común. Su odio hacia los Bravo tiene un antiguo anclaje, que no se conocerá hasta más adelante. Lo que sí sabremos enseguida es que entre él y el padre de César y Román existe una oscura y misteriosa relación. Quizás, después de todo, Lobo tampoco sea tan malo.

César y Román, dos hermanos unidos por recuperar la finca de su padre

Inseparables desde que murió su madre y su padre les abandonó condenándoles a la miseria, César (inteligente y templado) y Román (impulsivo y alocado) tuvieron que convertirse en foragidos. Nadie dijo sin embargo que al volver el pueblo los recibiría con los brazos abiertos. Cuando los hermanos están a punto de rendirse y marcharse, un extravagante personaje llegado de Suiza (Jordi Rico) les convence de que su terreno esconde un manantial de agua medicinal. Deciden entonces quedarse y luchar por lo que es suyo.

El secuaz de Lobo, enamorado de Nieves

Con unos decorados exquisitamente cuidados, la casa del señor lobo centra muchas de las intrigas paralelas. Es el caso de la que protagoniza Aníbal (Antonio Velázquez), el capataz de la finca, que se sitúa a medio camino entre hijo adoptivo y criado, aunque desconoce la auténtica identidad de sus padres. Además, está locamente enamorado de Nieves (Dafne Fernández), pero ella, presumida y egoísta, se aprovecha de su amor y le hace sufrir. La tercera en discordia es Rosario (Eva Pedraza), la madame del burdel del pueblo a la que no se le han conocido amores, pero quien siente una especial atracción por Aníbal.

La predilección de la tendera por Román Bravo

Elena Valdés (María Castro) abandonó Tierra de Lobos muy joven pensando que sería para siempre, pero la vida le hizo regresar acompañada de su hijo Miguel y ahora trabaja en el colmado del pueblo. Es una mujer inteligente, bondadosa y con carácter, poseedora de una mentalidad mucho más abierta que la del resto de sus convecinos. No soporta las injusticias y se opone a la tiranía de Lobo, lo que supone un motivo de enfrentamiento con su padre, el dócil Damián (Mario Pardo). Mantiene una especial sintonía con los hermanos Bravo y siente cierta atracción hacia Román, aunque no puede evitar verle como a un niño. El alocado Román lo intuye, pero es un cliente habitual del burdel.

Los puntos débiles de Lobo

Lobo no es tan malo como podría parecer. Es un hombre que sufre, se enamora y llora... pero se asegura siempre de que su lado más sensible quede bien oculto. Tiene en la 'Tata' Lidia su mano derecha dentro de la finca, quien cuida a sus sutro hijas, en especial de la pequeña Rosa (Carla Díaz), enferma de tuberculosis y única capz de hacer aflorar el prisma más bondadoso de su padre. Lidia es una mujer cariñosa, comprensiva y con ciertas pinceladas de misterio. Su relación con el señor de la casa está marcada por el respeto y la sobriedad, pero a veces deja entrever que tiene cierto peso en los asuntos de la familia.