Completa una cuenta pendiente que tenía con su hermano
Steve murió antes de poder terminar el libro que Shaun le había regalado: 'Matar a un ruiseñor'. Por eso, cuando un paciente idéntico a su hermano llega al hospital, nuestro doctor – además de tratar de salvarle la vida por todos los medios- le lee las dos páginas que Steve nunca leyó.
Aprende las técnicas fundamentales para ligar (el triplete)
Cuando conoce a Leah, Shaun no identifica bien las señales que ella le manda. Por eso, Claire le da una clase exprés de ligoteo: “Cuando a una mujer le entra la risita falsa, se toca el pelo, se contonea con nerviosismo o dice todo lo contrario a lo que quiere decir, es que está interesada en ti”.
Empieza a tomar sus propias decisiones
Al conocer a más gente que al doctor Glassman, Shaun entra en conflicto consigo mismo. Glasmman siempre le ha ayudado y protegido desde que él se fugó de su casa, pero Shaun empieza a sentirse lo suficientemente adulto como para tomar sus propias decisiones, como comprarse una televisión cara.
Se deja abrazar
El capítulo en el que un atracador dispara a una chica en un supermercado ‘por culpa’ de Shaun es definitivo para él. El doctor Murphy se pasa toda la jornada como si no le hubiera afectado en absoluto pero, al llegar a casa, se lo cuenta a Leah y ella le abraza. Lo más importante de todo es que, ¡él la deja que lo haga!
Conoce a otro chico con autismo y empatiza con él
Por primera vez, Shaun conoce a alguien que tiene el mismo síndrome que él. Al principio, le cuesta reconocer que son iguales – el paciente está mucho más limitado- pero, finalmente, consigue calmarle hablándole en su mismo idioma: el del síndrome del sabio.
Intenta mentir, pero prefiere ser honesto
Shaun no quiere mentir a sus pacientes y, de hecho, nunca lo hace, por muy duro que les resulte. Sin embargo, hubo un capítulo en el que lo intentó. Aquel paciente que tanto se parecía a su hermano no debía saber que se estaba muriendo e intentó ocultárselo. Sin embargo, el doctor Murphy siempre prefiere exponer la verdad y aprender de ella.
Aprende a ajustarse a los horarios de trabajo
Si alguien le da un buen uso a la alarma del móvil, ése es Shaun Murphy. Cada mañana, para que le de tiempo a hacer todo lo que tiene que hacer (desayunar, flexiones, afeitarse...) , se cronometra, y así no pierde la noción del tiempo y llega puntual a su primera reunión del día con Meléndez. Claro que él no controla la velocidad del autobús y eso le ha costado alguna regañina.
Ha hecho amigos
Si entablar buenas relaciones con los compañeros de trabajo no es fácil ni para alguien 'común', mucho menos para alguien con autismo. Shaun empezó con mal pie con Claire y Meléndez - él por su impertinencia y ellos por su desconfiaza- pero, con el paso del tiempo, todos han llegado a formar un buen equipo y, lo más importante, se han hecho amigos.
Y ha aprendido a usar su corazón
El Síndrome del Sabio se caracteriza por tener una inteligencia extraordinariamente desarrollada, pero el cerebro no es el único órgan que el doctor Murphy está ejercitando en el hospital. Shaun no sólo ha aprendido mucho más sobre el continente del corazón, también sobre su contenido. Por eso se ha ganado a la audiencia y esta serie se ha convertido en la gran revelación del año.