Todos los candidatos a los comicios catalanes del 12 de mayo encaran ya la recta final de una campaña electoral que parece cada vez más bronca, algo que se nota en los actos durante este fin de semana. Los independentistas juegan sus cartas y los líderes nacionales arropan a sus candidatos a la Generalitat conscientes de lo que se juegan en ocho días. Pedro Sánchez carga contra los bulos y Alberto Núñez Feijóo se erige como garantía democrática. Las apariciones públicas, los mítines, la presentación de programas políticos, los debates y las acusaciones se suceden.
El ministro de Transportes, Óscar Puente, ha acusado al presidente de Argentina de consumir sustancias antes de sus intervenciones públicas. La reacción desde el otro lado del Atlántico no se ha hecho esperar. A través de un comunicado, Javier Milei ha culpado a Pedro Sánchez de poner en peligro la unidad del reino, al pactar con separatistas, e incluso a las mujeres por permitir, dice, una inmigración ilegal sin freno. El Ejecutivo español ha respondido asegurando que estas declaraciones no se corresponden con la relación entre dos países hermanos.
Hamás ha anunciado el envío de una delegación a la capital de Egipto, El Cairo, para negociar un posible alto el fuego con Israel en Gaza. Sin embargo, el Gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, continúa con sus ataques en la Franja y en Cisjordania. Además, sigue presionando al grupo palestino para que acepte su propuesta bajo la amenaza de iniciar la tantas veces anunciada ofensiva final sobre Rafah, la invasión terrestre en el lugar donde se hacinan más de un millón y medio de palestinos.
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