Una razón más para visitar lugares y conocer ciudades además de su patrimonio monumental y natural es sin duda su gastronomía. Las ciudades Patrimonio de la Humanidad combinan ambas. Hoy, destacamos alguno de los platos que reflejan el legado histórico de alguna de estas:
Fue la primera ciudad diseñada exclusivamente como sede de una universidad y sirvió de modelo para Europa y América. En su gastronomía cuenta un plato que representa la esencia de una tradición pastoril y agrícola “Las migas Alcalaínas”, una comida de pastores. En el Quijote encontramos múltiples referencias a su gastronomía.
Con la conservación integra de su muralla es un ejemplo de ciudad medieval fortificada. Su gastronomía cuenta con tres pilares fundamentales: las legumbres, la carne de vaca autóctona de la zona como el “chuletón de raza avileña” y las Yemas de Ávila símbolo de su repostería.
Tan característico de Baeza es su casco histórico y su antigua ciudad de intramuros como su lomo de orza, la conservación del lomo en aceite dentro de estos recipientes de barro es una tradición que viene desde la antigüedad para la buena conservación de las piezas en la matanza.
Al sentarse a la mesa en Cáceres después de visitar su conjunto histórico artístico de casas señoriales, palacios, iglesias y plazas comprobarás la fusión de culturas en su gastronomía, legado romano, árabe y judío. Su Torta del Casar, un queso, de aroma y sabor intensos, que se elabora con leche de oveja, muy cremoso y fácil de untar destaca entre sus productos.
Y tras caminar por las estrechas calles de la judería de Córdoba y admirar sus patios y Mezquita, saborear un rotundo Salmorejo cordobés o unas berenjenas fritas con miel, hará que continues descubriendo sus rincones llenos de mestizaje e historia de la ciudad.
En Cuenca además de admirar sus casas colgadas podrás disfrutar de su variada gastronomía de caza o del ajoarriero, comida también pastoril que muchos restaurantes lo sirven como entrante. Una oferta gastronómica que combina los nuevos platos de autor con la tradición de la cocina de la abuela.
Dentro de la fortaleza renacentista de Dalt Vila en Ibiza se pueden encontrar centenar de restaurantes donde degustar sus platos de arroz y su excelente cocina marinera o alguno de sus productos autóctonos como la sobrasada.
Encrucijada de culturas y caminos se refleja en el buen hacer de su cocina, cuya materia prima de denominación de origen de Extremadura procede de las vegas y dehesas que rodean la ciudad. Su amplia oferta gastronómica en enclaves arqueológicos hace que degustar un plato de caldereta de cordero te haga sentir como un verdadero emperador romano.
Ciudades, que merecen ser visitas con calma, para disfrutar de su historia, ¡su patrimonio y su gastronomía!