La tremenda confesión de Antonia tras su cita con Jaime: "Me he enamorado un poquito"

Antonia, de 62 años de Barcelona. Se dedica al mundo de la moda y llegaba nerviosa a ‘First Dates Hotel’: “Llevo bastantes años sin pareja, mi nivel de exigencia ha subido mucho”. Lo que no se esperaba es que iba a conocer a alguien como Jaime, de 62 años está jubilado y que lleva 50 años viajando por el mundo por su trabajo.

Jaime vuelve a Moraira, el lugar donde se curo de un cáncer terminal

“Relaciones no he tenido muchas, solo me he enamorado una vez en mi vida”, confesaba Jaime, que nos contaba su historia y cómo volver a Moraira tenía que significar algo: “Tuve un cáncer terminal, me escapé del hospital y me vine a Moraira, estuve un año aquí y me recuperé. Fui pasando los controles y al cabo de un año me dijeron que estaba limpio y que no sabían cómo lo habían hecho. No creo en la casualidad porque yo no pensaba volver aquí”.

Y tras esto llegaba el momento de que ambos se conocieran en nuestro restaurante, que sentían una buena impresión al verse. Y, poco a poco se iban dando cuenta que les unen más cosas de lo que pensaban, como que los dos son catalanes con padres andaluces.

Jaime, cuando ambos ya sentían que se conocían desde hace más tiempo le contaba la enfermedad que había atravesado, cómo se curo después de que le dieron por terminal y lo que significaba para él volver a este lugar. “Muy emocionante, estoy flasheada, de verdad”, aseguraba estar ella cuando le escuchaba.

Antonia y Jaime sienten un flechazo nada más conocerse

“Es casi todo lo que yo buscaba en un hombre”, decía Antonia, que estaba un poco abrumada con haber conocido a Jaime y haber conectado tanto durante la cena desde el primer momento.

Tras esto, ambos compartían un momento a solas en el jardín del hotel y se hacían confesiones dignas de una pareja que se conoce desde hace tiempo. “Si te hubiera conocido hace años hubiéramos tenido hijos”, decía Antonia. “Sería la mujer perfecta para crear un hogar”, creía Jaime.

Algo que ambos lo tuvieran completamente claro durante la decisión final: “Creo que ha ido bastante bien”, le decía ella y confesaba estar flasheada: “Me encantaría seguir conociéndote”.

Él le acompañaba hasta la puerta de su habitación y se daban un cariñoso beso en la mejilla, despidiéndose de una cariñosa forma: “Este es el principio de un gran amor”.

A la mañana siguiente ambos se encontraban en el jacuzzi, donde hablaban de la forma en la que se han conocido, como de planes de futuro entre ellos, en un momento a solas que tanto disfrutaban.

Ambos abandonan juntos y felices nuestro hotel

Él le sorprendía con un ramo de flores, detalle que a ella le encantaba, tras lo que ambos abandonaban juntos el hotel y confesando lo que se han hecho sentir el uno por el otro en tan poco tiempo.

"Ha ido todo fantástico, me siento un poquito enamorada", decía ella a Carlos Sobera y Jaime apuntaba algo: "No es enamorada, es amor". Y, es que él no creía para nada que esto pudiera pasar.

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