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Francisco Javier, mujer, soldado y trans, en 'TardeAR': "Como no estoy en los cánones ahora, me están 'lapidando''"

  • Al empezar su carrera como esteticién decidió que quería transicionar a mujer

  • Francisco Javier: "Desde que me lo he hecho soy más feliz"

  • Esta militar transgénero denuncia sufrir discriminación en el cuartel donde trabaja: sus compañeras no quieren compartir vestuario con ella

Este martes, en 'TardeAR', Ana Rosa Quintana ha realizado una entrevista a Francisco Javier, una militar transgénero que ha denunciado que en el cuartel donde trabaja vulneran sus derechos como mujer. Esta militar reivindica que como mujer trans debe estar al mismo nivel que sus compañeras. Ana Rosa le comenzaba diciendo que el hecho de tener esa envergadura, además de llamarse Francisco Javier y por ejemplo tener un 45 de pie, es posible que sea una razón por la que le sigan tratando en masculino.

"¿Por qué no te has cambiado el nombre?", le ha preguntado la presentadora. "La ley no me permitía cambiármelo. A mí mi nombre no me ha molestado nunca. Como somos grandes no tenemos corazón... ¿Cuál sería el prototipo de alguien transgénero? Yo me tengo que seguir excusando incluso después de haberlo dicho públicamente", asegura.

Francisco Javier ha dicho que "no se puede tener la piel tan fina". Ante la pregunta de desde cuándo ha sentido que es una mujer, Francisco Javier señala que cuando se lo ha comentado a algún amigo le han dicho "venga ya, maricona". "Yo lo intenté antes pero pedían unos requisitos que yo no quería cumplir. Yo no soy transexual. Un transgénero se cambia de género pudiendo mantener su nombre y su aspecto físico...", dice Francisco Javier.

"Desde que me lo he hecho soy más feliz"

"Fui a sacarme sangre y le dije a la enfermera: 'ponme que soy hombre'", cuenta Francisco Javier. Además, añade que se siente mujer por "la mente, el trato...": "Desde que me lo he hecho soy más feliz", asegura. "Si no no estaría aquí. No me tengo que esconder de nadie. Se lo dije a mi hija y me apoyaba en todo", señala. "A los 42 años he decidido que me da igual lo que opine la gente", añade.

Esta mujer trans asegura que las compañeras de cuartel no quieren compartir vestuarios con ella: "Yo no he hecho la ley, soy una ciudadana española y sólo he hecho el trámite que se me pedía". Y denuncia que "como no estoy en los cánones ahora, me están lapidando".