Inma Blanquer es la invitada de esta semana en la sección ‘Todas las mujeres que soy’. Una mujer que supo coger fuerzas en el momento más difícil de su vida, superar todos los obstáculos y que ahora se dedica a hacer que el resto de las personas se sienta mejor a través de su trabajo cómo masajista.
La historia de la protagonista de este episodio explica en qué momento cambió su vida por completo: "Tuve un cáncer de pecho, un proceso donde aprendes muchas cosas...". En ese camino, se topó ante ella el concepto japonés llamado 'kintsugi' que, según la propia Inma Blanquer, "consiste que en la vida ocurren cosas, pero tú, sobre eso, lo puedes superar".
Una enfermedad que hizo que Inma Blanquer se reencontrara consigo misma para salir adelante y le hizo entender que debía cambiar radicalmente sus hábitos: "Utilicé todo aquello que me podían venir bien, en ejercicio físico, en nutrición, en la meditación y todo lo que me rodeaba".
Inma Blanquer incorporó todos estos nuevos conceptos saludables en su empresa Assari Wellness. Un lugar donde la protagonista confiesa dedicarse en cuerpo y alma a sus clientes, en mejorar su estilo de vida y hacer que mejoren tanto mentalmente como físicamente.
La fundadora de Assari Welness detalla el día que decidió emprender este proyecto y qué le motivo a crear una empresa de estas características: "Me di un masaje y alcancé tal grado de bienestar que dije: 'Quiero dedicarme a algo que haga sentirse mejor a la gente".
Inma Blanquer destaca la técnica japonesa 'shiatsu': “Cualquier impacto que recibes en la piel también tiene un reflejo en diferentes órganos del cuerpo”. Un método que hace que sus pacientes mejoren constantemente su salud y le agradezcan su trabajo: “Es esencial acompañarlos, le da muchísimo sentido a mi trabajo y es muy gratificante”.
Por último, la protagonista de este episodio de ‘Todas las mujeres que soy’ confiesa que todavía “hay muchas cosas que en occidente podemos aprender del mundo oriental" y que podrían mejorar nuestra salud de forma considerable.