Lo que se está viviendo en los pueblos arrasados por la DANA es realmente duro pero, al caer la noche, lo que viven los afectados es un auténtico infierno. Manu Marlasca se encuentra trabajando en el corazón de la tragedia y nos ha trasladado qué es lo que ocurre cuando cae el sol.
Las aguas de la Albufera se han convertido en el especial escenario de búsqueda para la Guardia Civil: "Búsqueda de cadáveres, cadáveres que aún no habrían sido encontrados". Hasta el momento, ocho días después de la riada, en balance de víctimas en la Comunidad Valenciana es de 211 y son 62 los cuerpos que aún quedan por identificar en el depósito. A ello se suman 90 desapariciones activas.
El Grupo Especialista de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil y el Servicio Marítimo están centrando la búsqueda en las citadas aguas: "Es una búsqueda francamente complicada. Aquí desembocan todos los barrancos, todos los torrentes, y varios ríos que pasan por las localidades más afectadas por la DANA", ha explicado Manu.
"El agua viene llena de restos de la riada y se han encontrado hasta vehículos enteros que han caído hasta aquí, hasta la Albufera", ha continuado. Y es que uno de los barrancos que desemboca en estas aguas ha sido el principal causante de la tragedia, el Barranco del Pollo.
Un equipo de 'TardeAR' ha estado en uno de los pueblos más afectados por la DANA, Massanassa, concretamente en la zona antigua, donde viven las personas mayores de ese pueblo y donde todo es destrucción, barro, lodo, agua y recuerdos.
Los vecinos no han parado de trabajar desde que ocurrió todo: "Desde el miércoles por la tarde hasta hoy por la tarde sacando coches que se ha llevado la riada y afortunadamente no hemos encontrado ninguna persona en el interior". Y es que han perdido sus vidas completas: "Me ha cogido impotente completamente. Tengo 82 años y ya yo creo que no valgo para nada. Yo ya he pasado tres riadas".
Aseguran que vivieron "una agonía" y que tuvieron que nadar hasta 700 metros. Actualmente siguen "quitando barro sin parar ni para comer". Sienten impotencia y muchos de ellos no pueden acudir a trabajar ni a continuar con sus estudios porque tienen que "sacar esto adelante como sea".
Y es que, es precisamente cuando cae el sol es cuando aparece la peor cara de esta tragedia: los presuntos delincuentes, personas que están aprovechando esta tragedia para beneficiarse. La criminalidad también se ha abierto paso. A lo largo de esta semana, las detenciones por robos y pillaje ascienden a 107. Y es que en una sola noche se ha llegado a detener hasta 20 individuos.
La mayoría de robos se dan en establecimientos comerciales, domicilios y vehículos. Los objetos que más interesan a los ladrones son ropa con etiquetas, colchones y llantas de coches.