El demoledor mensaje de Carmen, que sufre cáncer con metástasis: "Que la gente de Valencia no tenga miedo a arriesgarse, tenemos que salir adelante"
Carmen tiene 73 años y lucha con sus hijos por recuperar su casa tras la DANA en Picanya
"Podría estar en casa de mi hermano como una reina sentada, pero prefiero estar con mis hijos aquí entre el fango”, narraba Carmen
Rosana, la anciana con discapacidad que se amarró a una lámpara para sobrevivir a la DANA: "Sigo viva gracias a mi hija"
Carmen tiene 73 años, está enferma pero no ha dudado en luchar con sus hijos por recuperar su casa y sus pertenencias tras el demoledor paso de la DANA por Valencia. Con mucha fuerza, nos contaba que su vivienda está en riesgo de derrumbe, que no han tenido ayuda de las autoridades, pero lanzaba un mensaje a todos los valencianos para que no se rindan, un testimonio que provocaba la emoción de todo.
En Picanya, una de las zonas más devastadas, Alejandro Rodríguez nos presentaba a Carmen y a su hija, que acababan de ser desalojadas por alto riesgo de derrumbe de sus casas a pesar de que llevaban ya cinco días trabajando para limpiarla.
Ambas denunciaban que solo habían recibido ayuda de voluntarios, no del ejército y Carmen impactaba a todos con su historia. Tiene 73 años y está enferma, pero quiere estar junto a su familia ayudando: “Tengo un tumor desde hace cinco años, metástasis y padezco de corazón, podría estar en casa de mi hermano como una reina sentada, pero prefiero estar con mis hijos aquí entre el fango”.
Ante las preguntas del reportero, Carme nos contaba que saca fuerzas pensando en su marido, de quien se despidió hace un año: “Voy a estar con mi familia ya que él no puedo, si él estuviera se estaría comiendo el barro para que pudiéramos pasar”.
Pero además, Carmen quería dirigirse a toda España y alentar a sus vecinos: “Que sepa España que Valencia existe y vale para mucho. Que la gente no tenga miedo a salir, que no tenga miedo a limpiar, a arriesgarse, porque tenemos que salir adelante como sea”.
Carmen nos contaba que llegó a tocar el agua a tres metros de altura y a su hija le impactaba: “Se me cae el alma porque todo lo que hemos luchado para tener unas cosas, ahora por el agua, por no avisar, porque a las seis empezó a desbordarse el puente… si hubieran avisado, esto no habría llegado a tal extremo”.
El testimonio de madre e hija impactaba a Alejandro Rodríguez, que se emocionaba: “Lo que más me está sobrecogiendo es que nos dan las gracias a nosotros, que somos los menos importantes aquí, que venimos a informar”, decía.