Ana Rosa Quintana y Manuel Marlasca, a prueba: ¿Son capaces de distinguir el calamar de la pota?

  • No se trata de un pescado perjudicial para la saluda, se pude consumir sin problema, pero es tres veces más barato

  • Procede de Perú, donde nos explican el proceso al que se somete para eliminar su color rosado y que quede blanquecino

  • La pota, el falso calamar tres veces más barato y que podemos consumir sin darnos cuenta

El kilo de pota cuesta siete euros y el calamar puede ser hasta tres veces más caro. En la pescadería nos cuentan que viene de Perú y hasta allí se ha ido Alejandro Rodríguez con el equipo de investigación de 'TardeAR' con los que hemos acompañado a unos pescadores que navegan durante días para localizar la pota. Pero ¿En qué situación viven estos pescadores? ¿Qué diferencias hay entre los pescados?

En el plató de ‘TardeAR’, Alejandro Rodríguez nos ha hecho una demostración. Nos ha presentado dos platos, uno de calamar y otro de pota, ambos rebozados. Manuel Marlasca y Ana Rosa Quintana probaban ambos platos, pero solo él acertaba cuál era el calamar: más dorado y algo más oscuro. "Se distingue por su sabor es más delicado, suave y tierno", decía el reportero.

El equipo de investigación del programa ha viajado hasta Perú, allí ha acompañado a un grupo de pescadores que faenan durante días para localizar y pescar la pota. Luego, hemos visto cómo la tratan para que adquiera el color blanquecino característico.

La dramática situación de los pescadores

Pero ¿Cómo viven los pescadores? Alejandro Rodríguez se ha trasladado hasta una aldea casi abandonada. Por primera vez la visita un programa de televisión y allí hemos conocido historias desgarradoras.

Vidas como la de Paulino, que nos dice que cuatro personas viven al día con seis euros y que cada vez hay menos trabajo.

La situación de Faustina es terrible y es que su esposo murió recientemente tras enfermar y ella, que vive con su extensa familia, pide ayuda para poder comer y dormir sobre un colchón después de que un aguacero afectara su casa.

Impactada por la situación de estas personas, Ana Rosa Quintana decía: "Yo me voy a pedir bocadillos de pota. Vivimos en el primer mundo, pero es que como este hay muchos lugares en el mundo, que es terrible".