Una niña lleva un mes sin ir a la escuela debido al bullying que sufre. Le escupen, nadie le habla y recibe insultos, también por WhatsApp. Pero el problema empeora dado que, según su madre, quien la vigila y crea ansiedad a su hija es la madre de otra menor. Ana Rosa Quintana se mostraba impactada con su caso en ‘TardeAR’.
La menor está en casa de baja por ansiedad y su madre ha tenido que cambiarle de centro. Según nos contaba la mujer en directo, llevan tres meses viviendo un auténtico infierno y todo habría empezado no con un problema entre niños sino entre ella y la madre de otra de las menores: “Esta señora no quería que yo tuviera relación con otra mamá del mismo centro y me decía que mi hija lo iba a pagar caro, que me alejara”.
A partir de ese momento, habría sufrido todo tipo de episodios: “Esta señora se ponía en la puerta a grabar a mi hija”. Es más, asegura que utilizaba cualquier excusa para intimidarla de algún modo: “Ha estado haciendo educación física y esta señora, desde otra punta del colegio, pasar por el lado de mi hija y reírse en su cara”.
Cree que en realidad se trata de una venganza contra ella, algo que habría extendido a otras personas: “Esta señora ha invitado a madres del colegio a que vigilen mis redes y mis estados, por si yo cuelgo algo”.
Pero además, la niña ha sufrido agresiones y se ha llegado a autolesionar. Su madre ha llamado a todas las puertas que podía, ha denunciado, tiene informes médicos y ha pedido ayuda al colegio: “Me decían que no podía hacer nada y esta señora se ponía a grabar en la puerta a mi hija”.
Su hija está “mal”, no ha mejorado sino que cada vez “va a peor” y ha tomado la decisión de cambiarla de centro: “He tenido que sacarla”.
“Yo pensaba que vivíamos en un mundo de adultos”, respondía Ana Rosa, añadiendo que creía que este tipo de injusticias incurren “entre menores que no están formados” y que aún no tiene claro su papel en la vida: “Ojalá caiga todo el peso de la ley porque claro, que una madre acose a una niña de trece años compañera de su hija ya es llegando a un límite que no estamos hablando de personas ni formadas ni no formada, estamos hablando de personas, no lo son”.