En 1766, el físico y químico británico Henry Cavendish lo descubre cuando experimentaba con ácidos y mercurio y, más tarde, el francés Lavoisier lo denomina Hidrógeno (en griego, generador de agua), debido a una de sus reacciones más características: arde en presencia de oxígeno para formar agua.
Ya en el siglo XIX se habló del hidrógeno y la posibilidad de suministrar luz y calor. "Sí, amigos míos, creo que algún día se empleará el agua como combustible, que el hidrógeno y el oxígeno de los que está formada, usados por separado o de forma conjunta, proporcionarán una fuente inagotable de luz y calor, de una intensidad de la que el carbón no es capaz [...] El agua será el carbón del futuro", escribió Julio Verne en 'La isla misteriosa'.
A principios del sigo XX, se comenzó a utilizar en el transporte en los zeppelín y, actualmente, se utiliza también para naves espaciales o cohetes.
El Centro Nacional del Hidrógeno se encuentra situado en uno de los lugares donde más hidrógeno existe -se produce y consume-, en Puertollano, provincia de Ciudad Real.
El Centro Nacional del Hidrógeno es la única Instalación Científico-Técnica Singular centrada en el impulso de las tecnologías del hidrógeno y las pilas de combustible, (laboratorios, bancos de ensayo, puestos de experimentación, ...) cuyo objetivo es realizar experimentación y validación de prototipos y equipos, desarrollar y escalar procesos y homologar, certificar y verificar componentes y sistemas.