A Santi le toca la lotería... y no precisamente un pellizco, sino un pastón: ¡25 millones! Todo maravilloso si no fuera por un pequeño detalle: el régimen de gananciales en pleno proceso de divorcio de Maite. ¿Será Santi capaz de ocultar semejante millonada a su ex y a todo su entorno hasta que el divorcio sea efectivo?