Mateo (Álvaro Cervantes) es un guardia civil joven que trabaja en la valla de Melilla. En un altercado con unos inmigrantes que intentan saltar la valla, presencia la muerte de uno de ellos en un forcejeo con uno de sus compañeros. Sus superiores y compañeros le presionan para que se ciña estrictamente a la versión oficial para que el caso no se complique durante el juicio.