Yiya se ha convertido en la última expulsada de ‘Supervivientes 2020’ y ha confesado que esta experiencia le ha hecho replantearse su vida. De vuelta a la civilización, la concursante ha reflexionado sobre su paso por la isla y, además de disfrutar de un apetitoso desayuno, ¡se ha reencontrado con su maleta!
Muy emocionada por la belleza del paisaje, Yiya ha reconocido que deja en Honduras muchos lastres que le impedían avanzar como persona y que se marca a sí misma el inicio de una nueva vida: “Lo más importante que he aprendido es atribuirle a cada persona, a cada lugar y a cada instante su valor”.
La superviviente se ha sincerado sobre sus problemas personales y ha confesado que, en muchas ocasiones, ella ha sido su peor enemiga: “Era un calvario infinito porque mi mente me atormenta mucho, entonces cualquier momento de aburrimiento era una tortura. Pero necesitaba pasarlo, necesitaba estar un tiempo a solas con mi tormento mental y con mi aburrimiento para que todas esas tiritas que voy poniendo se curaran y se fueran ¡Y juro que las he dejado allí!”
Además, la concursante ha podido comer sin límites y ha saboreado un exquisito desayuno en los ‘Cayos Cochinos’. Dejando a un lado el “protocolo”, Yiya se ha acordado mucho de su madre y de su hermana mientras reflexiona sobre la vida.
Y aunque ha adelgazado unos cuantos kilos, Yiya ha podido abrir su maleta después de dos meses separada de ella. La exparticipante de ‘Un príncipe para tres princesas’ se ha quedado asustada al ver sus antiguos atuendos ¡y nos ha enseñado la otra peluca que llevaba preparada para ponerse en la isla!