En esta nueva edición de 'Supervivientes' vamos a poder ponernos en la piel de los concursantes. Alex vivirá en primera persona todas sus aventuras. Y, además, no solo va a vivirlas, si no que las compartirá con todos para explicarnos cómo son cada una de ellas y cómo pueden sentirse los concursantes en cada momento.
Como bien dicta la historia del programa, el primer reto al que se enfrentan los supervivientes es al mítico salto desde el helicóptero. Una vez sobrevuelan las aguas de Honduras, ya no hay marcha atrás. "La verdad es que desde aquí impresiona", reconoce Alex desde las alturas.
Un buen superviviente debería caer al agua lo más recto posible, como un palo. "Cuando me he visto a 10 metros de altura me ha dado muchísima impresión y casi me da un apechusque". Los nervios le han jugado una mala pasada y se ha lanzado con los brazos separados del cuerpo.
Y, después de la adrenalina del salto, un último esfuerzo. 50 metros les separan de la orilla. "Se hace bastante duro".
Pero el primer día los supervivientes no solo se bañaron en agua. La famosa prueba del barro fue la primera en disputarse en la edición y Alex también lo vivió como todos los concursantes.
"Me ha entrado el barro por la nariz, por la boca, me lo he tragado... Y, lo más importante, no ves absolutamente nada", cuenta nuestro compañero.