El día antes de regresar a España, y como no podía ser de otra forma, las concursantes se despidieron de Cayo Paloma con una gran bronca.¿El motivo? Una vez más, la comida. La organización regaló a las cuatro últimas concursantes una recompensa sensorial, para que pudieran saborear y oler alimentos que llevaban casi tres meses sin probar.
Lo que en un principio era motivo de alegría, terminó convirtiéndose en un infierno La primera en coger su parte fue Sonia . La primera bronca surgió a la hora de repartir la leche condensada. Tatiana no se lo pensó dos veces y se lo reprochó: "Mira, ella siempre se pone bien".
Sonia , muy ofendida, le respondió: "Hasta en el último momento me habéis fastidiado la comida, hasta el último día malmetiendo". Y sin mediar una sola palabra más se levantó y se marchó lejos de sus compañeras entre lágrimas. Sin embargo, este llanto no les afectó lo más mínimo, ya que y, sin más miramiento, continuaron comiendo como si nada hubiera ocurrido. Tatiana continuó diciendo que Sonia "sólo mira para ella"
Esta trifulca no fue la única trifulca, ya que poco después, el queso hizo que saltaran chispas de nuevo . La organización ofreció una nueva recompensa a las chicas, dos de ellas podían ir de compras a Chachaguate, traer alimentos y compartirlo con el resto o no. Rosi y Tati, las elegidas por sorteo para ir a la suculenta excursión, pensaron en sus compañeras en todo momento y regresaron con un gran saco lleno de alimentos para todas.
Antes de comenzar con la repartición, . Esta vez fue Sonia quien encendió el fuego: "Cachitos grandes no tengo ninguno, para que se vea bien, que luego la que reparte se lleva la peor parte". Tati, molesta por el comentario, le ofreció intercambiarle su asignación, pero Sonia declinó la oferta: "Si hombre te voy a cambiar a ti nada, es que te lo estampaba". Tati ya auguró que el queso les traería problemas a la hora de cortarlo y repartilo. Exactamente como fue
Dicho esto, . Rosa, Tati y Rosi, lejos de estar arrepentidas, se despacharon a gusto contra la superviviente. "Es una teatrera", dijo Tati, a lo que Rosa aseguró que, esta vez, no iría detrás de ella a consolarla "porque no tiene razón". Sonia volvió a salir corriendo con su comida para terminar lejos del grupo llorando y reprochando a sus compañeras que siempre estuvieran pendientes de cada cosa que hace o dice, para "tirarse encima"
Tan pendientes estuvieron de las broncas, de ver qué hacía bien o mal cada una y de soltar reproches de última hora que ninguna se percató de que había que vigilar el fuego . Cuando las aguas volvieron a su cauce y se relajaron los ánimos, las concursantes se percataron de que algo se les había ido de las manos y no eran precisamente sus reproches, sino el fuego.
Asustadas, las últimas concursantes vieron una hoguera más grande de lo normal y cuando se acercaron a ver qué sucedía, vieron sorprendidas que se les había quemado la cabaña del fuego. Un hecho que, por unos momentos, unió a las cuatro últimas supervivientes sacando su lado más divertido al hacer el indio, literamente, alrededor de la inmensa fogata con la que, como dijo Sonia, "casi quemamos Cayo Paloma".