Omar Montes salía de la Palapa y se dirigía a una playa donde se encontraba con dos camas. En una de ellas estaba Isa Pantoja, su expareja. “¡Qué alegría me da verte, estás guapísima! Que garífuna te veo”, le decía mientras Omar mientras presumía de cuerpo.
En la otra cama esperaba otra persona con una careta de unicornio, era su madre. “Mira como me he quedado mama. Soy líder”, le decía mientras se abrazaban y se besaban. “No llores más mama que me voy a coger una depresión”, bromeaba Omar mientras se abrazaba a su madre y a Isa Pantoja.