Los supervivientes procuran dejar su mente dentro del reality. A menudo les escuchamos decir que no pensar en el exterior les ayuda a concentrarse en el concurso y a poder soportar mejor los días. Sin embargo hay ocasiones en las que no pueden evitar acordarse de los suyos.
En la última gala de 'Supervivientes' Melyssa Pinto pudo abrazar a su madre, Nela. La portuguesa venció su miedo al avión para poner rumbo a Honduras. La concursante no se lo podía ni creer.
Nela pudo, además, estar un día con ella y con sus compañeros. En 'Supervivientes: Conexión Honduras' hemos podido ver imágenes de cómo fue su estancia en Playa Uva, donde en especial hizo muy buenas migas con Gianmarco Onestini.
Lo peor fue el momento de la despedida. Melyssa recibió un pergamino del Pirata Morgan diciendo que Nela debía poner rumbo a España. No sólo fue ella la que lloró. El resto de concursantes vivieron muy intensamente el momento, acordándose de sus familias y de que ya llevan más de dos meses separados de ellos.
Olga Moreno fue de las supervivientes que más sufrió con esta despedida. La concursante se tumbó en la playa tras la partida de Nela llorando desconsoladamente. Alejandro Albalá acudió a su rescate haciéndole ver que se trataba del "bucle" en el que había entrado la mente pensando en su familia.
"Me quiero ir. Me quiero ir con ellos", no paraba de repetir. A Olga se le está haciendo muy dura la separación. Prueba de ello fue cuando esta semana ganó el collar de líder y se rompió en el momento de la victoria acordándose de su marido, Antonio David Flores.