Mahi es una persona nueva y todo después de que la costurera, por fin, ha podido ir al baño. “Ahora veo la vida de otro color. Yo ahora soy más feliz y más ligera… me he quitado un peso de encima. He hecho caca y me siento una persona renacida, nueva y dispuestas a comerme la vida”, cometaba Mahi con una sonrisa en la boca.