Loly Álvarez es la pirata olvidada y, como tal, no puede comunicarse con sus compañeros, entre otras cosas. Pero lo de hablar es lo que más la está costando, por eso hace ruidos y alguna vez se le ha escapado algún que otro susurro... Cuando Jordi se lo ha dicho y la ha avisado de que podría ser sancionada por ello, la superviviente ha respondido: “Hay que comprender que llevo 48 años hablando y no puedo dejarlo de la noche a la mañana”.