Lara Álvarez es uno de los rostros más representativos de ‘Supervivientes’ y, con este, ya son siete los años que ha acompañado a los concursantes desde Honduras. Eso sí, esta vez parece que se le va a echar el tiempo encima porque todavía no ha empezado a hacer las maletas….
La presentadora va a estar fuera de casa varios meses, ¿qué se lleva en la maleta para su estancia en Honduras? En la rueda de prensa de presentación del reality nos ha contado que antes pensaba en llevarse hasta la cafetera, pero que ahora ya no necesita casi nada: “Cada vez menos porque ya estoy más habituada a Honduras, es cada vez más mi casa (…) Mi imprescindible son las ganas porque este año el reto es mayor”, ha contado.
¿Y la comida? ¿Se lleva tuppers o comida para la estancia en los Cayos Cochinos? Lara dice que no: “Como no me puedo llevar todo lo que me gustaría para los tres meses, prefiero no llevarme nada”.
Lara Álvarez conduce ‘Supervivientes’ desde Honduras, empatiza con los participantes y es uno de los pilares del programa. Pero ¿se atrevería a cambiar de lado y a participar como concursante en el reality? “Después de siete años me atrevo a decirte que lo veo muy complicado desde mi lugar privilegiado”, ha dicho.
La presentadora cree que quienes se atreven a ir al reality son “muy valientes” y que ella no tiene “el valor desde mi sitio privilegiado para dar ese paso”.
El trabajo de Lara Álvarez en ‘Supervivientes’ tiene una parte muy difícil que no vemos en la pantalla. Ella siempre es empática con los concursantes, intenta entenderles y les da ánimos para sobrellevar mejor la durísima aventura del reality. Pero también debe evitar conectar con ellos fuera de las cámaras, independientemente de lo que ocurra: “Yo no puedo generar un vínculo más allá de lo que el espectador ve para que todo sea real”, explica. Por ejemplo, debe evitar abrazarles cuando no se graba porque, si se derrumban, los espectadores no lo verían ni conocerían la razón.
Los concursantes suelen llegar al programa con una coraza: intentan mantenerse fuertes y no mostrar sus sentimientos ni emociones. Pero, a medida que pasan los días, ese escudo se agrieta. “Te puede la isla al formato, ahí es la esencia del concursante que se vuelve superviviente. Al principio están en esa especie de bloqueo, que ponen de parapeto para que no salgan adelante las emociones”, explica. Además, nos cuenta que luego llega un punto en que es capaz de conectar con las emociones y los sentimientos de los concursantes con lenguaje no verbal, lo que facilita el apoyo y la empatía con ellos.
Lara considera que si este programa tiene algo mágico es la evolución que viven los concursantes. “Creemos conocer al personaje, luego conocemos a la persona y finalmente al superviviente”, opina.
Sobre el casting, cree que “aparte de ser variopinto, es más maduro que en otras ocasiones, con perfiles que van a atraer mucho al público”.
Para que el programa salga adelante es necesario que las casi 200 personas que forman el equipo estén al pie del cañón durante los meses que dura el programa. ¿Cómo es su día a día cuando se apagan las cámaras? “El equipo que ves compenetrado trabajando es el que sigue cuando se apagan las cámaras. Existe una complicidad absoluta de gente que sabemos que tenemos que estar tres meses a tope y que si uno falla otro tiene que tirar. El secreto de ‘Supervivientes’ es que detrás de las cámaras no hay secreto, es lo que veis”, cuenta la periodista.
¿Y con Jorge Javier Vázquez? Lara desvela que, aunque el presentador de ‘Sálvame’ no haya aceptado todavía su invitación de viajar a Honduras para vivir el programa in situ, tiene mucha relación con él. “Una de las cosas que más me divierten es la complicidad que puedo tener con Jorge Javier porque sigue fuera de la pantalla”, explica, y que incluye conversaciones, mensajes y cotilleos.