Según la propia Elena, no ha vuelto a ser la misma desde que se le cayera encima el farolillo. “Por eso ahora tiene estos comportamiento, no sabe volver a la normalidad”, bromea José Antonio Avilés mientras Elena intentaba entablar una conversación con una iguana.
Para rematar esta locura transitoria de Elena, José Antonio decidió diseñar para ella un tocado único. Un tocado que terminó por poseer a la madre de Adara que comenzó a elogiar a sus compañeros como si no hubiese un mañana, incluido a Cristian. “Por ese cambio que has pegado, que has pasado de ser el más bajunillo que nos robaba comida, a ser el bendito de la isla”, decía ante las risas de sus compañeros y el abrazo del propio Cristian.