Tras seis semanas de concurso, lo cierto es que las fuerzas de los supervivientes en ocasiones comienzan a flaquear y por ello son tan importantes los premios de los juegos de recompensa.
Aunque la comida suele ser lo que más motiva a los concursantes para darlo todo en las pruebas, la posibilidad de ver a alguno de sus seres queridos es una recompensa que a estas alturas del programa ronda las cabezas de nuestros aventureros. ¿Cuál sería su recompensa ideal?
El líder del grupo de los mortales se ha emocionado recordando a su pareja. Barranco elegiría sin duda a su chica como la mejor de las recompensas, aunque eso sí, si tuviera que elegir comida se decantaría por… ¡un buen chuletón!
Jorge echa muchísimo de menos a los suyos, pero si tuviera que elegir se quedaría sin dudarlo con la visita de su mujer: “La querría ver a ella, pero si tuviera que elegir algo de comida elegiría la recompensa que tuvo Ferre, me parece sobrenatural”.
El periodista ni siquiera se ha acordado de la comida a la hora de contestar: “Hablar con mi madre, quiero hablar con mi mamá, una de las cosas que he aprendido aquí es a valorar más lo que tengo, digo muy pocas veces ‘te quiero”.
Pese a que en varias ocasiones hemos podido comprobar que Elena lo pasa realmente mal con la falta de comida, la superviviente no se ha acordado de ningún manjar, ella simplemente necesita “hablar con los suyos”.
Rocío ha sido directa, clara y concisa: “Mi mejor recompensa sería un bocata de filete empanado de mi suegra, con queso y mayonesa, lo echo mucho de menos”.
Ferre no necesita la comida, él solo quiere “ver a su niña” y poder pasar una noche junto a ella: “Te amo, te quiero y te adoro, eres lo mejor de mi vida”.