Bea ha regresado de su aventura en Honduras como primera expulsada de la edición. Sin embargo, está muy contenta de su paso por el concurso.
Al llegar al plató, se ha vuelto loca de la emoción al ser recibida por su novio, del cual se enganchaba al cuello nada más verle.
No obstante, Jorge Javier Vázquez le ha tenido que explicar que no había más familiares por las recomendaciones ante el Coronavirus. Bea no sabía muy bien de qué le hablaba, pero no se ha preocupado.
Lo primero que había pedido Bea nada más ser expulsada era una buena hamburguesa. ¡Dicho y hecho! La superviviente soñaba con ello y en el plató también ha podido disfrutar como nunca: "Eso es lo mejor de la vida", declaraba.