Ana María Aldón se ha enfrentado al ‘puente de las emociones’ de ‘Supervivientes 2020’ con un desgarrador testimonio de lo que fue su infancia. La concursante ha confesado los duros episodios que presenció de su padre hacia su madre y ha pedido perdón a su familia por la etapa rebelde que tuvo cuando era adolescente: "Me distancié de mi madre y mis hermanos"
Aunque el orden habitual del puente estaba establecido, la superviviente ha querido empezar por el perdón para poder olvidar el calvario que vivió con su padre, a quien ha definido como una “bestia inhumana”.
“Tengo la necesidad de perdonar a mi padre porque era un hombre muy duro, a veces inhumano con su propia familia pero especialmente con mi madre. Fue une bestia inhumana, durante años torturo a mi madre y nosotros lo veíamos día tras día, los seis hijos”.
Ana María es la hermana pequeña y ha contado lo duro que fue para ella soportar esa situación familiar. “Mi hermano Fermín y yo nos agarrábamos de la mano y nos metíamos debajo de la cama mientras esos episodios sucedían día tras día. Desde que tengo uso de razón he querido tener un cuchillo en la mano para matar a mi padre, para ser lo suficientemente mayor y matarlo pero nunca llegaba el día”, ha confesado echándose a llorar.
“Al día siguiente me iba al colegio y agachaba la cara de vergüenza cuando veía a mi madre con la cara morada. No era justo porque mi madre es un ángel que bajo del cielo y no se lo merecía, ni ella ni sus seis hijos”.
La concursante ha explicado que su padre enfermó gravemente de cáncer y que murió hace 20 años. “Yo creí que le había perdonado pero no es así. Ahora que he estado aquí me he dado cuenta que es el momento de perdonarle, de librarme de esa carga en la que tanto me escudé detrás de ella, de esa infancia tan dura por la que pasé. Aquí me he dado cuenta que ya está perdonado”.
Además, la mujer de Ortega Cano ha reconocido que se siente culpable porque, dados esos “episodios de violencia de género inhumana” que vivió, creció siendo una adolescente rebelde. “Me escudaba detrás de una niña prepotente, maleducada, haciendo sufrir a mi madre, a mis hermanos, haciéndoles pasar vergüenza y me arrepentía cada día pero no era capaz de pedirles perdón”.
Completamente rota, Ana María ha compartido la frustración que ese sentimiento le ocasionó. “Como no era capaz de pedirles perdón, me distancie de mi familia, de mi madre y mis hermanos. Hice barbaridades y quiero pedir a mi familia que me perdone, aunque yo sé ellos me quieren muchísimo, pero quiero que entiendan que mi forma de vivir lo que pasé en aquella infancia quizá no era la misma que vivieron ellos pero fue mi vida, mis sentimientos y lo que pasaba por mi cabeza cada vez que ocurría eso”.
Al echar la vista atrás, ella asegura que su padre “ya está perdonado” pero que necesita que su entorno le perdone el sufrimiento que les hizo pasar “en su momento”; a lo que Lara Álvarez le ha hecho ver que, con total seguridad, su familia ya lo tiene más que olvidado.