'Supervivientes' no es un reality cualquiera. Expone a los concursantes a situaciones que jamás han vivido, teniendo que pescar y realizar acciones para sobrellevar lo mejor posible su día a día y poniendo a prueba sus facultades. Esto hace que poco a poco cada vez vayan quedando menos, puesto que también hay que tener en cuenta aquí el factor psicológico.
Pero a todos estos factores se le suma el temor que pueden sentir algunos concursantes por los seres vivos, quienes también se encuentran en Honduras campando a sus anchas y haciéndose un hueco, tanto en Playa Olimpo como en Playa Condena. Lo único que seguramente se encuentren mucho más adaptados que nuestros supervivientes. O quién sabe.
Es precisamente lo que ha pasado en Playa Condena. Una Playa Condena que ya tiene a Kiko Jiménez presente junto al resto de sus nuevos compañeros, quienes reaccionaban a modo de sorpresa total al saber que se uniría a ellos en esta aventura trepidante. Arantxa del Sol, Gorka y todos hacen sus habituales labores de supervivencia y reciben a los nuevos compañeros (Arantxa y Kiko) como se merecen, partiendo un coco por la mitad y dándoselo a 'modo de coctel de bienvenida'.
Además, hacen el habitual reparto de comida y se organizan: "Cosas que hay que hacer súper importantes. Recoger leña y limpiar fuego o ceniza", señalaba Miri al resto de concursantes. Lo que no sabía la líder del grupo es lo que iba a ocurrir a continuación, pillándole en medio de sus labores de búsqueda de troncos para la leña.
"Tú, qué heavy la boa. ¡Qué fuerte!", decía Miri. Gorka informaba al resto de sus compañeros: "Hay una, pero está ahí descansando. La voy a dejar echar la siesta", apuntaba, tras señalar con sus manos más o menos lo que podría medir la serpiente.