Como en cada edición, el ya conocido puente de las emociones ha llegado a ‘Supervivientes’. Artùr Dainese ha sido en encargado de inaugurarlo. El ucraniano ha realizado una serie de confesiones que hasta ahora desconocíamos y con las que no ha podido evitar las lágrimas.

Uno a uno, el superviviente ha ido avanzando por los peldaños abriéndose con todos nosotros y mostrándonos su lado más personal.

El primer escalón contenía la palabra ‘hogar’. Con tan solo escucharla, Artùr ya se emocionaba: “Tengo muchas ganas de ver a mi familia. Hogar es la casa de mis padres, mi madre, mi abuela… Es precioso para mí y lo echo mucho de menos. Para mí es donde yo puedo estar tranquilo”, comenzaba.

“Tenía un hogar en Ucrania que me han quitado, donde tenía a mi tía y mi primo viviendo. Hace dos años que no les tengo, están muertos. No sé si podré volver, pero espero que al salir de aquí algo haya cambiado”, se sinceraba.

Al pasar al siguiente escalón, Artùr decía conocer muy bien la palabra que contenía: ‘soledad’. “Mucha gente tiene miedo a la soledad, pero mejor solo que mal acompañado. Soledad para mí es estar conmigo mismo, disfrutar”.

Ha sido entonces cuando Laura Madrueño le ha preguntado si aquello tenía algo que ver con la palabra que contenía el siguiente peldaño, ‘desconfianza’. Artùr asentía: “Esto es algo que yo lo tengo aquí (corazón) y aquí (cabeza). Soy muy desconfiado”.

La presentadora le ha preguntado el motivo de sus miedos: “En mi vida he pasado muchas cosas que me han hecho así. Yo tengo solamente un amigo. Puedo escribir un libro de mi vida… Yo no conozco a mi padre, por ejemplo. He pasado muchas cosas. La gente que he tenido alrededor me ha hecho cosas que no se perdonan. Yo soy muy leal”.

Artùr daba un nuevo paso y llegaba hasta el ‘rencor’: “No tengo rencor. Hablando de mi padre, he tenido rencor, porque me dejó solo con mi madre. Cuando era pequeño estaba muy cabreado, he tenido rencor, pero ahora ya no tengo más”.

Aprovechando la palabra del último escalón, Madrueño le preguntaba si, en efecto, había logrado perdonar: “Yo soy creyente, yo creo en Dios. Tienes que perdonar siempre”.

Y, antes de finalizar, la presentadora le daba la oportunidad de pedir perdón a alguien si así lo necesitaba: “Pido perdón a mi madre. Muchos años, algún tiempo, no he estado presente. Nunca sabes qué va a pasar mañana. Fue lo que pasó con mi primo y con mi tía, pasé poco tiempo con ellos. Murieron de covid en Ucrania. En una semana perdí a mi primo de 29 años y a la semana siguiente a mi tía. Quiero hacer de todo para estar siempre con mi familia”.