Marta Peñate se ha enfrentado a ‘El puente de las emociones’. La superviviente ha mostrado su lado más maduro dejando constancia de la fuerza que ha ganado en el concurso y agradeciendo al programa todo lo que ha podido avanzar durante esta experiencia.
El primer peldaño llevaba escrita la palabra ‘Familia’. Hace unos días, al batir el récord histórico en la Noria Infernal, Marta se acordaba de alguien muy especial. Esta vez, esa misma persona ha sido también quien ha ocupado su pensamiento.
“Era la palabra que más miedo me daba. No tengo ningún problema con mi familia, nunca. Mi padre, mi madre y mi hermana han sido maravillosos. Pero siempre que hablo de familia me acuerdo de mi abuelo, era la persona más importante de mi vida. Por la forma en que falleció, me costó mucho. Me ha costado mucho tiempo de llantos, de pasarlo mal. Llevo dos años sin pasar la Navidad en familia porque tengo miedo a sentarme en la mesa y no verle. Le voy a recordar toda mi vida”.
La ‘decepción’ era la protagonista del segundo peldaño. Pero, lejos de acordarse de otra persona, Marta ha decidido hacer autocrítica: “Mi mayor decepción he sido yo. Yo en la vida. Hay cosas que nos he sabido afrontar. Tuve una relación muy larga y he sentido decepción porque no supe pararla. No quise afrontar una ruptura, que la vida seguía, que a veces es mejor dejar ir que aguantar algo que no va bien”.
Avanzando una vez más, Marta se encontraba con la ‘desconfianza’: “Soy muy desconfiada. He confiado tanto y me han decepcionado tanto, que desconfío muchísimo. Desconfío hasta de mi sombra. Me han decepcionado mucho en la vida, yo he sido muy honesta y me he llevado batacazos de gente que no me esperaba”.
Eso sí, la superviviente ha aprovechado para acordarse de su pareja, Tony Spina, y agradecerle lo que ha conseguido con su relación: “Con él he aprendido a confiar”.
Otro de sus miedos siempre ha sido la soledad, y ese ha sido el siguiente tema que afrontar en su puente: “Te juro que la primera vez que he estado sola en mi vida ha sido en Parásito. Siempre le he tenido miedo. Nunca he estado sola. Gracias, le tenía muchísimo miedo a Playa Parásito, por la soledad. Si volviera al pasado, no firmaría un contrato sin saber que volvería a estar en Parásito. Me habéis hecho más segura. Lloro de alegría, me he superado, me habéis ayudado a superarme”, agradecía.
El último escalón llevaba la palabra ‘perdón’: “No tengo que pedirle perdón a mucha gente. Me pido perdón a mí misma. Es peor pedirte perdón a ti que a la gente. Cuando tengo que pedir perdón, lo pido”.
Pero, aunque en un primer momento parecía que no iba a lanzar ningunas disculpas, finalmente se ha decidido a hacerlo: “Bueno, voy a pedir perdón a alguien, que nunca lo he hecho y tengo ganas de hacerlo. Le voy a pedir perdón a la familia de mi expareja. Ellos conmigo se portaron muy bien y no se merecieron ese final”.