La noche ha comenzado con una misión para los Fatales. Después de los robos que han sufrido por parte de los Royales, ahora eran ellos quienes tenían el poder de quitar a sus compañeros todo aquello que consideraran.
Carlos Sobera se encontraba hablando con el equipo Royale cuando, de pronto, Anuar salía corriendo. Los Fatales acababan de llegar a la playa y el superviviente se temía lo que iba a ocurrir. Todos iban de un lado para otro, unos para robar, otros para defender sus pertenencias. Pero el programa aún no había dado paso a ello.
Los concursantes han empezado antes de tiempo y, en lugar de tener dos minutos, se les ha reducido a tan sólo uno. El cronómetro seguía avanzando y los Fatales no reaccionaban. El resultado: “el asalto más horroroso que jamás se haya visto en la historia”.
Una piña, un coco y un sombrero. Eso es todo lo que han conseguido subir a la barca. Pero lejos de ser un mal resultado, la suerte se ha vuelto a su favor: aquella barca se marchaba para nunca volver, perdiendo así todo lo que hubiera en ella.
Carlos tomaba la palabra para darles la gran noticia: “¡Esta noche comienza la unificación de los dos grupos!”. Los supervivientes enloquecían y no paraban de celebrar. Cayo Paloma ha sido testigo de gritos, besos y abrazos: “¡Subidón, subidón!”.