Aún con los nervios a flor de piel tras haber hablado con su novia, Diego Matamoros se sentaba con Amador Mohedano para intentar enterrar el hacha de guerra. Ambos concursantes han hablado amistosamente con una tapa de queso y lomo y dos cervezas. Quizá la buena mesa que tenían preparada ha provocado que tanto Amador como Diego pactaran una tregua.