En 1982, el periodista José María Íñigo entrevistó al matrimonio formado por Isabel Pantoja y Paquirri. A pocos metros de distancia, sin perder detalle de un monitor, Doña Ana seguía al detalle lo que ocurría durante la entrevista de su hija y su yerno en el plató.
En un momento de la entrevista, Doña Ana se convertía en protagonista de la conversación cuando Íñigo preguntaba al torero qué tal la relación con su suegra, una mujer que no dejaba ni a sol ni a sombra a su hija Isabel. El torero, con gran simpatía, aseguraba que se trataba de una buena mujer, pero lo cierto es que en su risa nerviosa y en algún que otro comentario de dejaba entrever que el diestro no llevaba del todo bien que la madre de su mujer estuviese constantemente a su lado.
Son muchos los testimonios de personas cercanas a Paquirri que aseguran que el torero sentía verdadero agobio por la forma en la que se comportaba su suegra: "No dejaba a Isabel en ningún momento, siempre estaba con ellos". Y es que al parecer, Doña Ana habría controlado los movimientos personales y profesionales de su hija desde que era apenas una niña.