Makoke y su hijo, Javier Tudela, se han visto obligados a cerrar su negocio de uñas. La tienda de la protagonista, que estaba ubicada en el municipio de Majadahonda, estuvo a punto de cumplir un año cuando no tuvo otra alternativa que echar el cierre por falta de clientes. Los vecinos no guardan muy buen recuerdo del local y la dueña asegura que Makoke le debe dinero.