José Antonio León y Rocío Madrid ya son marido y mujer. El reportero de ‘Sálvame’ y su pareja se han dado el ‘sí, quiero’ este fin de semana y gracias a Paz Padilla hemos podido conocer todos los detalles del enlace: desde cómo fue la ceremonia, hasta el convite.
Los roles se cambiaron por completo este fin de semana y Paz Padilla se convirtió en una reportera de las buenas en la boda de José Antonio León. La presentadora de ‘Sálvame’ no se dejó detalle y grabó los mejores momentos del enlace de su compañero.
Agarrado del brazo de su madre, José Antonio León acudía al altar con traje azul y pajarita. Poco después llevaba la novia, con un espectacular vestido blanco y unos zapatos de color rojo. Ambos se dieron el ‘Sí, quiero’ en la Iglesia y Hospital de la Caridad de Sevilla.
A la salida de la ceremonia, Gloria Camila, una de las invitadas al enlace, se mostró muy emocionada y contenta por su amigo ante los medios: “La boda ha sido muy bonita. Me alegro mucho por ellos. Es un placer venir como invitada”, explicaba la hija de Ortega Cano.
Paz Padilla no solo grabó todos los detalles de la ceremonia, ya que también protagonizó uno de los grandes momentos de la boda. Como es costumbre, la novia lanzó el ramo y este fue directamente a las manos de la presentadora de ‘Sálvame’.
Si la boda en la iglesia fue emotiva, lo que se vivió después no se quedó atrás. En compañía de sus familiares y amigos más cercanos, los novios celebraron un banquete de altura en el que no faltó detalle… ¡Hubo hasta un artista que pintó un cuadro para la pareja al mismo tiempo que cantaba!
Después de la cena, llegó la fiesta. Los invitados y los novios lo dieron todo y, cuando llegó el final, los recién casados se marcharon en vespa con destino a su próximo destino: una luna de miel de ensueño en México. ¡Felicidades a la pareja!
Un día antes de la ceremonia tenía lugar la preboda. Un evento al que no quiso faltar Paz Padilla y en el que no solo hubo cante y baile… ¡También hubo un tatuador que dejó su sello en la piel de la presentadora de ‘Sálvame’!