Antonio Tejado ha tomado una drástica decisión que implica alejarse de los focos mediáticos. En su nueva vida no tiene cabida la televisión y trabaja como camarero en un bar que regenta su padre. Se trata de una cervecería en pleno centro de Sevilla.
Hace un mes, Tejado confesó su duro infierno a causa de sus adicciones y ahora ha dado carpetazo a las malas amistades y solo se rodea de su círculo más cercano, en el que también está Marina, una catalana responsable de que Antonio vuelva a sonreír.