Tras varios meses de controversias y pullitas públicas, parece ser que su relación entre Gabriela Guillén y Bertín Osborne, padre de su primer hijo, está mejorando. Hace apenas unos días, era la propia Gabriela la que reconocía que se encuentra muy feliz con su hijo y también que está abierta a la posibilidad de que el cantante visite a su pequeño en Navidad: "Si él quiere podrá estar, claro".
Tras el comunicado de Bertín Osborne en el que asumía la paternidad del hijo de Gabriela, ahora la paraguaya se sienta en exclusiva con María Verdoy para conceder una entrevista que dará mucho que hablar. La madre del último hijo del cantante le ha explicado a la presentadora cómo han sido estos larguísimos meses de tensiones y también cómo se enfrenta a las nuevas noticias:
"Se han dicho tantas cosas sobre mí, se me ha tachado de todo cuando creo que a la vista está que yo lo que hago es trabajar. La maldad que hay en los demás me duele. ¿Realmente hay personas así? ¿Con ese odio, con esa alma? No lo entiendo. Hay veces que para mí es imposible asimilar estas cosas, que me estén pasando estas cosas. Es algo que te puede perjudicar mucho a nivel mental, que puede afectar a nuestra salud. Tuve que empezar a trabajar exclusivamente en casa porque llegué a cogerle cierta fobia a ir por la calle".
Y es que estos meses no solo han sido complicados por la mala relación con el padre de su hijo, si no también por el señalamiento público al que se ha visto sometida. Gabriela, que asegura no guardar rencor al cantante, tiene muy claro cómo quiere educar a su hijo:
"Yo no odio a su padre, es el padre de mi hijo, yo no puedo odiarlo, no voy a proyectar eso para que lo vea y lo sienta. Yo voy a estar predispuesta a tener la puerta abierta como siempre he dicho. Yo no espero absolutamente nada, es mejor no esperar nada y así no te decepcionas".
Aunque ahora Gabriela se encuentra en un momento dulce, lo cierto es que la paraguaya ha necesitado hasta medicarse para poder salir adelante y no perder la salud mental. La empresaria, que se ha mostrado en todo momento tremendamente sincera con María Verdoy, le ha confesado que teme caer de nuevo en la depresión:
"Sentí soledad, sentí decepción, de hecho me tuve que medicar. Sé lo que es estar profundamente en depresión por mi propia experiencia. Cada uno llevamos nuestra cruz, tenemos nuestra conciencia y sabemos lo que hacemos, tiempo al tiempo. Si tú te cierras o lo haces mal, las cosas siempre te van a ir a peor, todo vuelve, el karma existe".
Para Gabriela lo más importante es sin duda su hijo, al que considera el verdadero amor de su vida. La joven se esfuerza tremendamente para compaginar su faceta como madre y su trabajo como empresaria ahora que ha abierto su propio negocio de estética:
"Muchas veces me siento culpable por dejar a mi niño en casa mientras yo estoy trabajando, pero no soy ni la primera ni la última que tiene que criar a un hijo sola a la vez que trabaja. Muchas veces las mujeres somos las peores con nosotras mismas, las más duras, y debería ser al contrario, deberíamos apoyarnos más y entendernos".