M. Cortés: Alguien habló con quien no debía, alguien le contó al Duque el negocio que señor Armada y yo compartíamos, al principio todos pensábamos en Elena, mi hermana habla mucho, demasiado y no debió contarte nada pero por eso no la vamos a juzgar a ella, verdad? Cata: Y a mí sí.
M: Que cada uno cargue con su peso, algo así dice la Biblia.
C: Yo sólo quería hundirle, sabía que apartarías al Duque si encontrabas lo suficientes motivos.
M: ¿te hubiera gustado que llegase hasta el final?
C: No sé cuál era ese final.
M: Hay muchas cosas que no hace que falta que haga para que tú sepas que soy capaz de hacerlas, que puedo llegar mucho más lejos de lo que crees.
C: Y conmigo hasta dónde vas a llegar.
M: Somos un matrimonio Cata, es una cuestión de confianza yo ahora he perdido toda la que tenía en tí.
C: Miguel no te estoy mintiendo.
M: Cata, Duque es ambicioso, no estúpido, no creo que empezase toda esta guerra por un puñado de dinero más. ¿Qué le ofreciste a cambio de que me apartara? Cata mírame ¿cuál era el premio?
C: YO