Virginia tuvo que mentir a su marido, le dijo que no podía quedarse a cenar con él porque le había salido un plan con sus amigas. Llegó muy tarde y se metió en la cama sin decirle nada, a la mañana siguiente se encontró con una cajita encima de la almohada. Muy emocionada, la cogió rápidamente para abrirla, pero se encontró con una sorpresa muy desagradable: un dedo amputado.