Maite les ha pedido a las chicas que no se metan en más líos, pueden ayudar desde la asociación a las mujeres pero en el marco de la legalidad. Pero a Virginia y a Lourdes les vuelve a picar el gusanillo, y se ponen (por última vez) las máscaras de justicieras.
¿Y por qué lo hacen? Para defender a una señora mayor del dueño déspota de una tienda de empeños. Al ver cómo la estaba tratando, las amigas deciden actuar a su manera. ¿Cuál es su manera? Pues de justicieras enmascaradas.
Lourdes y Virginia entran en la tienda para pedirle explicaciones al dueño pero cuando iban a darle una lección, se presenta un secuestrador con una bomba en su cuerpo. ¿Y qué quiere? Simplemente que el dueño le devuelva el rosario de su madre, lo empeñó en una mala época y quiere recuperarlo.
Todo se complica y Virginia y Lourdes acaban envueltas en un secuestro con rehenes. Maite y Amparo van a tener que ir a ayudarlas... ¡La nueva misión de las justicieras enmascaradas!