Los sicarios del barrio están muy preocupados, por un lado, porque las señoras les pueden quitar el trabajo (se han dado cuenta que son muy peligrosas y sádicas), pero por otro lado, Pedro les tenía que dar los 50.000 euros por matar a su mujer, y Mariano ha vuelto con las manos vacías. Carmona también es muy peligrosa y con su dinero no juega nadie.