Ana Chantalle aprovechó un momento de acercamiento de su marido, el Presidente Guzmán, para exigirle un puesto en el Gobierno. Para sorpresa de Ana, a Alberto le pareció una gran idea y rápidamente organizó todo para hacerlo efectivo. Guzmán le comunicó al Gabinete que su mujer sería nombrada vicepresidenta y portavoz del Gobierno.