Siguen los gritos
La discusión entre Carmen y Laila continúa en la habitación. Laila está haciendo la cama y aparece Carmen. Se dedican todo tipo de malas palabras como "pesada", "loca" y demás. Se quedan gritándose mientras nos vamos a la otra habitación, donde hablan de los robos. Creen que a este paso, al jueves no llega la compra. Comentan que tienen ansiedad por comer y por eso saltan. Se les oye gritar desde allí. Marta dice que al final de una discusión, se van a otras cosas que no tienen nada que ver. Lo dicen por Laila y Carmen, que siguen gritando desde la otra habitación.
Hemos oído que no se soportan, que Laila es una ridícula y Carmen una envidiosa además de egoísta. Mientras ellas se gritan, Álvaro está escribiéndole un mensaje a Nissy en el jardín. Les da un poco de pena porque le ven triste. Alatz habla de su premio y dice que no le parece justo con el resto tener un privilegio tan personal como una foto. Qué bien actúa eh. Adri dice que igual ahora el juego ha cambiado y ya los premios no son ir a comer o cenar.
Laila se va al jardín con Álvaro y se despacha con él sobre Carmen. Sigue insistiendo que es una celosa y que si no se junta con Rafa, nadie la quiere en esa casa. Cora le dice que al final, su bronca termina en otra cosa absurda. "Va a filón conmigo. ¡Celosa!", grita. Intentan calmarla. El tema continúa pero por la comida. Creen que hay más robos de los que saben. Pero Laila sigue en bucle. "Quiere hacer vídeos a mi costa", dice. Álvaro le pide que se centre en los que la quieren y ya está. "Tiene maldad en el corazón", sentencia. Aunque sigue pensando que su odio es porque tiene celos. Sigue insultándola un poco y Álvaro le afea el gesto. Pero ella sigue.
Carmen sale al jardín y se cruza con Laila. Evidentemente, vuelven a gritarse, insultarse y de todo. "Choni", "jardín botánico", y mil cosas más que, como dice Álvaro, suenan absurdas.
Pues con este ambiente de buen rollo me despido. Nosotros nos leemos mañana, pero mientras tanto, disfrutad de lo que queda de día y ¡Qué seáis muy felices, secreters!